La gratitud es un valor propio de las almas
grandes.
Agradecer significa encontrar un motivo para hacerlo
y encontrarlo es posible, si tenemos los ojos bien abiertos y el corazón
despierto
para descubrir las señales que nos brindan los demás a todas horas.
A diferencia de la gratitud, la queja y la lamentación son signos
de baja autoestima, en cambio el agradecer hace que te muevas dentro de un
círculo de poder donde tienes claridad acerca de tu vida y lo que quieres para
ella.
A continuación te menciono la importancia de aprender a
hacerlo y practicarlo todos los días:
- El ser agradecido es la vibración más alta en el universo, llama a nuestras vidas más de aquello que agradecemos, en cambio la queja y la lamentación no nos sirven de nada.
- A agradecer se aprende en casa, mamá a papá, papá a mamá, hijos a padres y viceversa, es un lenguaje que nos resulta familiar y que se vuelve complicado afuera cuando desconocemos una de las palabras mágicas (gracias).
- El agradecimiento motiva, logras mucho más con un detalle, una nota, unas palabras o un simple gesto.
- Agradece a la vida lo que aún no te ha llegado, no sólo lo que tengas. La vida tiene solo tres respuestas para tus pedidos: Sí, Todavía No o Yo he pensado algo mejor para ti
- Realiza ejercicios de agradecimiento diario. Encuentra el “milagro” cotidiano; agradece lo que eres y no eres, también donde estas, quien estas contigo, las nuevas oportunidades para crecer y aprender, etc.
- Que tu día comience con agradecer y reconocerte a ti mismo lo que has logrado, siente y valora que eres un ser humano completo, que tienes cuerpo, piernas, brazos, aprecia que los tienes y te sirven.
- Cuando eres agradecido hablas de tu educación, no sólo por desear mayores favores sino porque es un ejercicio de tu postura vital.
Estos son los siete beneficios de la palabra GRACIAS:
G- Todos gustan de ti, eres siempre bienvenido, valoras y aprecias, te
valoran y te aprecian.
R- Recibes más de lo mismo, regresa a ti como si
lanzaras un boomerang al universo
A- Abres los receptores para sentir a los
demás, amor y alegría se escriben con la misma letra, pocos placeres hay como
el de la alegría que genera el dar.
C- Conciencia de que no lo mereces todo por el
simple hecho de desearlo, cuando alguien más te ayuda, te da, te facilita; debes
agradecerlo.
I- Imán como si eso fuera tu vida un imán que
atrae aquello que agradeces y honras.
A- Apertura, entender que lo bueno y lo malo que llega a mi
vida no siempre es porque lo merezca, suelto la anécdota y me quedo con el aprendizaje.
S-
Sencillez,
algunos dan por el ego de sentirse necesitados pero agradecer lo que se recibe,
siempre es señal de sencillez y clase.
Nuestro mundo necesita una buena dosis de
gratitud y un poco menos de reivindicaciones.
Hay que pedir lo que nos falta y nos corresponde,
pero sin olvidar que también hay que agradecer lo que a veces “nos ha sobrado”
y lo que más valía: el amor que muchos nos han regalado. También cuando quizá
perdimos la ruta, cuando nos abandonó la suerte y caímos “en desgracia”, cuando
nos dejó un ser querido, el esposo o la esposa, un hijo o una hija, también
cuando nos cerraron las puertas y todo parecía oscuro; sólo quien haya
experimentado en esos momentos de prueba, la fuerza del amor, puede comprender
lo que significa poder decir, hoy y siempre, esta breve y joven palabra: ¡gracias!
Y
siempre recuerda las circunstancias de la vida que te llevaron a dar las
gracias, no sólo las grandes y profundas cosas, sino también los detalles más
pequeños, que es ahí donde se esconde la felicidad.
Espero
sea de tu agrado y recuerda que espero tus comentarios
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