Además de permitir el
alcance de objetivos, el coaching también se usa frecuentemente para:
- Aclarar lo qué el cliente desea y necesita realmente para la vida.
- Afrontar situaciones difíciles, abordar e integrar cambios más fácilmente.
- Mejorar su comunicación y manera de relacionarse con los demás.
- Superar bloqueos y situaciones improductivas.
- Conseguir equilibrio y plenitud.
Cualquiera que sea el objetivo que le trae a un proceso de coaching, aquello le servirá
también para:
Descubrir sus estrategias triunfadoras o limitadoras así como las creencias y valores que modelan su visión de la realidad, conectar con su auténtico yo.
El coach no es un terapeuta ni un consejero o un experto. Tiene competencias diferentes que le permiten servir de espejo, despertador, entrenador, soporte y a veces catalizador de cambios.
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